A ras del suelo, más frágil que un beso lanzado al aire en Otoño. Desde la madrugada del banco más escondido de la ciudad, en el que ha llovido hoy por la tarde. Donde esta noche han llovido las estrellas sin nosotros, donde desde hace unos días no llovemos. Ni tú. Ni yo.
Le robo el título a mi chica de ayer, porque no hay canción que lo explique mejor. Y quién si no, que mi querido Sabina, y su voz.
Se pone la sudadera azul y se asoma al tejado. En el cielo sólo hay nubes. Y no, ni rastro de estrellas. Definitivamente, hoy no es un buen día. No hay ningún coche en marcha que la espera, ni se oyen maullidos en los callejones. Coge sus cascos y busca una canción. Entre el papel y el bolígrafo, una lágrima sin motivos, una sonrisa con razón y una carta que tal vez nunca llegue a su destino.
Las primeras notas de Lo que hemos vivido de Despistaos. Y tras varios intentos, decide escucharla.
Se acuerda de cuántos Octubres ha pasado escuchando esa canción.
Y es que cuando se derrumba el tejado, necesitas saber que hay una mano para salvarte.
Y esa noche, la azotea estaba en el subsuelo.
y en ese preciso instante, te das cuenta que esa canción ya no es de amor, pero SÍ ES PARA SIEMPRE.
13 de agosto de 2011
1 de agosto de 2011
¿Con cuántas canciones lloré aquel invierno?
He perdido la cuenta desde que tu sudadera azul ronda por la habitación.
Ir a medio gas en el Nissan gris. Embrague, meter tercera y dejar atrás la ciudad.
Mano izquierda al volante, crimen racional si te miro. ¿Y qué si te beso? aún quedan vidas por gastar.
Alguna que otra historia en tus manos. Nos espera el verano en el parque, me espera un beso tuyo y una noche de dejarse querer. Un adiós con los cristales empañados de tu coche, un otoño que llega y no quiero.
Que yo he llorado inviernos enteros por amor, pero en este cuento ¿Quién habla de amor?
Yo hablo de girar la esquina después de varias copas sólo para que me sonrías, hablo de tu olor y del volumen de tu coche.
Hablo de canciones y de noches sin dormir preguntándome...
si te perderás por los tejados o si prefieres quedarte CONMIGO.
Ir a medio gas en el Nissan gris. Embrague, meter tercera y dejar atrás la ciudad.
Mano izquierda al volante, crimen racional si te miro. ¿Y qué si te beso? aún quedan vidas por gastar.
Alguna que otra historia en tus manos. Nos espera el verano en el parque, me espera un beso tuyo y una noche de dejarse querer. Un adiós con los cristales empañados de tu coche, un otoño que llega y no quiero.
Que yo he llorado inviernos enteros por amor, pero en este cuento ¿Quién habla de amor?
Yo hablo de girar la esquina después de varias copas sólo para que me sonrías, hablo de tu olor y del volumen de tu coche.
Hablo de canciones y de noches sin dormir preguntándome...
si te perderás por los tejados o si prefieres quedarte CONMIGO.
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