Desde la ventana del baño.
Desde la última calada a un secreto verde que se empieza a consumir.
Me he quitado medio corazón de recuerdos y los he metido en
el ventrículo de atrás.
Ya sabéis,
donde los recuerdos siguen bombeando olvidos,
pero ya no laten.
Suena una canción de Zahara y mi habitación azul se ha
vuelto más mayor.
Ya no quiere salir a matar,
porque prefiere salir a reír,
a beber para jugar a las cartas,
a saber que nos hemos dejado de inventar para jugarnos,
que conocernos nos ha hecho querernos.
O mejor dicho, que nos queremos porque ya nos conocemos
demasiado.
Porque desde la ventana de mi baño se empaña su chimenea con
mi humo.
Porque muchas conversaciones, son paseos de noche.
Y ya, son muchos veranos
de la mano de su corazón duro, pero frágil.
Y entonces la echo de menos. Al
número dos de la calle para siempre.
La magia de ella, me sigue haciendo efecto.
Y aunque suene tópico, ya no habrá otros ojos azules con su
brillo.
Ni con su picardía y su corazón enorme que no se donde lo
guarda.
Puede que sea su intención comprensiva o que es tan
pequeñita cuando la abrazas, que la tienes que querer porque sí.
Porque además
de mar,
tiene magia dentro de los ojos, y eso sí que no lo sabe ver todo el
mundo.
Y las madrugadas se las dedico a ella. A mi fiel compañera
de batalla.
Aunque más que las madrugadas, te dedico casi el noventa por
ciento de mis risas,
casi todas las casualidades de vidas paralelas que se
cruzan,
o casi mis dos hombros para que sepas, que quiero estar ahí
siempre.
Al pie del cañón en primera posición hasta el final de todas
nuestras guerras.
Hasta el último trago, rubia, pero de cerveza.
Porque ser feliz por alguien es una de las maneras más
bonitas de serlo.
Y tú, a mí, me haces muy feliz.
Eres como el orden en medio del desastre. Eres un corazón
enorme que sabe llenarse con nada.
Un hombro en el que hay vía libre para quien
sabe escuchar.
Una bomba de ilusión sin encender,
y ojalá a punto de
explotar.
Eres todo lo que te queda por recibir, porque la vida es la
única que te guarda todos los detalles. Y sabe cómo devolverlos.
Porque los labios que besan bonito siempre deberían estar
sonriendo. Y por eso, también la quiero, porque somos un poco como dos puertas
que se separan pero saben estar abiertas.
Y me quedas tú. A ti te he escrito mucho, y sabes de sobra
lo que te quiero.
Y que por eso, a la gente que se quiere, siempre se le dice
la verdad.
Que tienes el corazón abierto y a la vez escondido.
Abierto porque vivir sin reír no es vivir, y por eso tú eres
un poco vida.
Porque eres la risa que falta muchas veces, pero suena alto
cuando está.
Escondido, será porque últimamente no lo veo mucho, pero
dile que acabe la lección, que a veces la razón también gana el pulso.
Supongo que cada cual sabrá cual es su párrafo,
y que habréis imaginado que esto es para ellas,
porque él puede ser mi verano,
pero ellas,
son mis seis letras.
Porque pueden ser mis amigas, pero podría ser mejor,
podrían ser casi mi vida.
3 comentarios :
podría decirte que el texto es precioso pero me quedo con ese sentimiento de amistad. Felicidades por ello! =)
Podría decirte que me encanta el texto pero todavía me gusta más como haces sentir ese en todos esa amistad por ellas. Felicidades por tenerlas! =)
Es totalmente increíble. Qué bonito tiene que ser tenerlas, y qué bonito para ellas tenerte a ti.
Un besazo guapa!
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