Como un boomerang con acuse de recibo o un cubata a medio acabar. Como veinte pares de tacones en medio del salón o un plato a rebosar de tortitas.
Que donde caben cuatro, caben cinco y si no que se lo pregunten a los taxistas.
Que las indirectas son directas si las dicen ellas y el rojo es más rojo si es el de sus labios.
Los secretos son más secretos si te los cuento con alguna canción de fondo y las noches son mejores si amanecemos juntas en alguna calle perdida.
Bailes de azotea algún día entre semana, o beber rubia la cerveza pa' acordarse de su pelo. Perderse en la madrugada de un botellón y en el ruido de los coches a la vuelta de la calle.
Meriendas que saben mejor si oyes risas a tu lado. Planes que surgen y tal vez nunca se cumplan. Sueños por terminar, y algún que otro que empieza. El humo del cigarro que se consume en el jardín, y las llaves de un seat blanco sin carnet.
Que entre el dos y el cuatro las estrellas brillan más, que el mar es más azul si hace juego con sus ojos. Que el sol se derrite si refleja con su pelo, y sus pestañas son más largas si te guiñan el ojo.
Porque con ellas, apuestas una vida, y ganas seis.